Aquí se la juega España SA en el séptimo año de crisis
Hace 10 horas
- España se juega mucho en términos de credibilidad. Si no cumple en 2013 el objetivo de déficit del 6,5% en el conjunto de las administraciones públicas, firmaría su quinto año de incumplimientos.
- Los españoles seguirán haciendo un gran esfuerzo el próximo año, el séptimo de la crisis. Aunque los salarios se encuentran en un imparable proceso deflacionista, el precio de los servicios básicos no deja de subir.
España se juega el futuro económico en cinco grandes frentes: PIB, paro, déficit, vivienda y precios. La salida de la crisis seguirá exigiendo grandes esfuerzos a los españoles y, sobre todo, que los brotes verdes experimentados en la segunda mitad del ejercicio se confirmen. Estas son las claves que definirán el futuro de España SA en 2014.
-Adiós la recesión. La bola de cristal de los expertos trae buenos augurios. Si se cumplen las previsiones, el producto interior bruto (PIB) crecerá entre el 0,5% que prevén los analistas más agoreros y el 1,1% de los más optimistas. Que se cumplan las mejores expectativas dependerá que de la demanda interna –aún en negativo- dé el estirón que el Gobierno espera y compense la reducción esperada desde el lado de las exportaciones.
Entre julio y septiembre, el consumo de los hogares creció un 0,4% después de cinco trimestres consecutivos de caídas. Un dato esperanzador que deberá consolidarse en los próximos trimestres. Fuera de España, el principal temor es el impacto en las grandes economías mundiales de la progresiva retirada de estímulos monetarios en Estados Unidos. Los mercados emergentes serían los más afectados.
-Déficit de difícil digestión. Las cifras frías dicen que la batalla sin cuartel del Gobierno contra el déficit público no acaba de dar resultados. En noviembre, se situó en 40.606 millones de euros, el 3,96% del PIB. Una cifra que ya supera con claridad el 3,8% previsto para todo el año. Sin privatizaciones en 2013 –la que parecía más factible, la de Aena, fue retrasada de nuevo- y sin conejos en la chistera como la supresión de la paga de Navidad a los funcionarios de 2012, Cristóbal Montoro tendrá que hacer encaje de bolillos para cuadrar las cuentas.
España se juega mucho en términos de credibilidad. Si no cumple en 2013 el objetivo de déficit del 6,5% en el conjunto de las administraciones públicas, firmaría su quinto año de incumplimientos. Demasiados para un país con una deuda que ya roza el 100% del PIB. España ha pagado este año casi 40.000 millones en intereses y afronta en 2014 la colocación en los mercados de papel por otros 150.000 millones de euros.
-La gran lacra del desempleo. Hay ya 2,2 millones de españoles que llevan dos años o más sin trabajar. O, lo que es lo mismo, sin prestación que no sea, en algunos casos, los poco más de 426 euros del subsidio asistencial. El año que empieza volverá a ser muy duro para el empleo. El Gobierno cree que, sin la dependencia del ladrillo previa a la gran crisis, se pueden crear puestos de trabajo con un crecimiento del PIB del 1%. Un nivel que está en la parte más alta de las expectativas.
Una tasa de paro del 26% -4,8 millones de parados- supone un lastre extraordinario tanto desde el punto de vista social como desde el económico. Las prestaciones de desempleo se han convertido ya en la tercera partida más importante en los Presupuestos Generales del Estado. De momento, el objetivo para 2014 es que las cifras de paro no sigan creciendo. La creación de empleo puede, por ahora, esperar.
-Cuestión de precios. Los españoles seguirán haciendo un gran esfuerzo el próximo año, el séptimo de la crisis. Aunque los salarios se encuentran en un imparable proceso deflacionista, el precio de los servicios básicos no deja de subir. Ahí está el caso del recibo de la luz, el tercero más caro de Europa y ahora en manos del Ministerio de Industria tras la suspensión del ‘tarifazo’ de la subasta del Cesur del pasado 19 de diciembre.
Finalmente, la luz subirá un 2,3% enero. También lo hacen los servicios de cercanías y media distancia de Renfe, un 1,9% de media, las tasas aeroportuarias, un 0,9%, o los peajes de las autopistas, un 1,85%. En el otro lado de la balanza, se congela la tarifa regulada del gas natural, pero con matices: sólo hasta que se aclare la regulación del sector. Mientras, el déficit de tarifa gasista sigue creciendo y ya apunta a los 1.000 millones de euros.
-La vivienda, bajo mínimos. Aunque después de seis años de crisis ha rebajado mucho su aportación a la economía, ningún otro sector tiene más peso en la economía española que el inmobiliario. Y a la vista de los últimos datos, no levanta cabeza. Se conceden menos hipotecas que nunca, el precio de los inmuebles sigue bajando y el número de compraventas sigue en niveles muy deprimidos.
El último gran dato sobre el sector es el de visados para construir vivienda nueva, que hasta octubre apenas supera las 29.000 unidades, un 24,3% menos que en el mismo período del mes anterior. Por lo tanto, la reactivación del ladrillo sigue siendo una asignatura pendiente. La puesta en marcha del banco malo sólo ha servido para constatar que el mercado inmobiliario español sigue aún lejos del fondo.
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