Los vencimientos de deuda acorralan al Consell en el último cuatrimestre
La Generalitat tendrá que devolver 1.664 millones a entidades financieras y pequeños inversores
18.08.2013 | 05:30
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ALEJANDRO FERNÁNDEZ | ALICANTE La Comunitat Valenciana deberá echar mano de nuevo de papá Estado para poder hacer frente a sus obligaciones financieras. El Ejecutivo de Alberto Fabra, con un colapso evidente en sus cuentas, afronta vencimientos de deuda por la friolera de 1.664 millones de euros en el último cuatrimestre del año. Tendrá que abonar una media de 13,6 millones al día a pequeños inversores y bancos y cajas. ¿Cómo lo hará? A través de los mecanismos de rescate del Gobierno central. Concretamente, gracias al Fondo de Liquidez Autonómico, el socorrido FLA. Las tensiones de tesorería de la administración autonómica y la brutal caída de ingresos que ha sufrido durante los últimos años han dejado al Ejecutivo de Alberto Fabra en una situación de total dependencia de Madrid. Tanto, que el Ministerio de Cristóbal Montoro «monitoriza» ya el día a día de las cuentas del Consell.
De no ser por las constantes insuflaciones de oxígeno del Ejecutivo central véase el FLA, el plan de pago a proveedores o las líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO), la Generalitat habría incurrido ya en el temido default. No podría hacer frente a sus obligaciones diarias, ni tampoco a sus vencimientos de deuda. Y estos últimos no son precisamente pocos. El plan económico-financiero que la Conselleria de Juan Carlos Moragues ha remitido al Ministerio de Hacienda con las medidas previstas para cumplir el objetivo de déficit incluye dos cuadros en los que se explicitan las cantidades que tendrá que devolver la administración autonómica en 2013 y 2014 a pequeños inversores y entidades financieras. Desde ahora, el grueso se concentra en el último cuatrimestre del presente ejercicio, con 1.664 millones.
El peor mes será sin duda diciembre. Vencen préstamos con bancos y cajas por 693,2 millones y además se deben reintegrar 163,2 millones del experimento de los bonos patrióticos. Esta última iniciativa surgió en diciembre de 2010. Ese mes, el Consell con Francisco Camps aún al timón decidió «copiar» el modelo catalán y lanzar su primera emisión de bonos patrióticos. Fue un éxito. Colocó 1.500 millones a un interés del 4,75% a un año y logró obtener liquidez en un momento en el que los mercados mayoristas de deuda se encontraban prácticamente cerrados para la Generalitat.
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