CANTABRIA
La contienda que libraban la antigua Caja y el Banco Santander termina dejando las cosas como estaban pese a la presión y expectativas de los preferentistasLa disputa que Banco Santander y Liberbank libraban para hacerse con las gestión de los tributos regionales ha acabado en tablas. La resolución del concurso público convocado por el Gobierno ha dejado las cosas exactamente como estaban, por mucho que algunos –especialmente los preferentistas– confiasen en un desenlace distinto: arrebatar a Liberbank su parte en este negocio.
A partir de ahora, y durante los próximos tres años, Liberbank seguirá encargada de la gestión recaudatoria correspondiente a los recibos periódicos de las entidades locales al Gobierno de Cantabria.
Banco Santander, por su parte, mantendrá en ese mismo periodo lo que se denomina servicio de caja o servicios financieros; también tal y como venía haciendo hasta ahora.
El concurso no habría tenido más trascendencia –además de la económica para las partes interesadas–, si no fuera porque el Gobierno que preside Ignacio Diego lo anunció justo después de haber celebrado una reunión con un nutrido grupo de afectados por las preferentes de Castro Urdiales, y de que éstos, clientes de la vieja Caja Cantabria, le propusieran al presidente retirar a Liberbank el negocio. Los afectados buscaban apoyo en el Ejecutivo para castigar a la entidad que «tanto daño nos ha hecho», y entonces creyeron que Ignacio Diego compartía esa misma idea. Sin embargo, cerrado el proceso, las cosas no se han movido un ápice de donde estaban.
Los dos lotes
El concurso público convocado por la Administración regional establecía dos lotes. En el Lote 1, denominado ‘servicio de caja y otros servicios complementarios financieros complementarios al Gobierno de Cantabria’, el Santander parecía desde el principio mejor situado porque mejoraba la remuneración de las cuentas a gestionar con mayores intereses. Además, completaba su propuesta con tres ayudas a la «liquidez y gestión»: una línea de crédito de hasta 100 millones de euros a un año, renovable durante otros tres; «facilidades crediticias de hasta 40 millones de euros durante un plazo de hasta cuatro días sin coste para el Gobierno»; y la instalación de una oficina bancaria en la Agencia Cántabra de Administración Tributaria (ACAT). De manera que las puntuaciones finales colocaron al Santander en mejor situación.
Es en el Lote 2, denominado ‘colaboración en la gestión recaudatoria correspondiente a los recibos periódicos de las entidades locales’, Liberbank mejora la remuneración de cuentas de su competidor. Las puntuaciones finales colocaron a Liberbank en mejor situación. 87,01 puntos totales sobre los 60 del Santander. La puntuación que el tribunal ofrece a la remuneración de cuentas es de una diferencia apabullante: 45,9 de la antigua Caja frente a 10 del banco.
Expectativas frustradas
El gran número de preferentistas afectados por la gestión que de ese producto hizo Liberbank confiaba en que el manifiesto distanciamiento de la antigua Caja Cantabria y el Ejecutivo del PP se tradujera en buenas noticias para ellos. El presidente no ha ocultado su idea sobre que Liberbank, resultado de la fusión de Caja Cantabria con Cajastur y Caja Extremadura, no ha sido un buen negocio para los de casa. Diego se ha cansado de lamentar que, fruto de esa fusión, la presencia de los cántabros en la gestión financiera del nuevo banco es casi anecdótica. Además, está su decisión de colocarse junto a los preferentistas para mediar en un conflicto que en estos últimos meses riega de procesos los juzgados de toda España.
Eso, y la certeza de que las relaciones con el Banco Santander son muy buenas, hicieron pensar al colectivo que el Gobierno de Cantabria sería una más de las administraciones dispuestas a castigar a Liberbank. De momento, Castro Urdiales, Reocín y Los Corrales de Buena ya lo han hecho. Otros muchos, han amenazado con hacerlo.
En Cantabria, unos 15.000 clientes de toda la región compraron este producto financiero y ahora se ven atrapados en una dura reivindicación y muchos procesos judiciales. 700 de ellos son de Castro Urdiales.
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